Empezaba a amanecer cuando el lobo se despertó. Inmediatamente sintió hambre. Muchísima hambre. ¡Un hambre de lobo! Necesito algo para comer ahora mismo, pensó. Con la mirada vigilante, se lanzó a la caza.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información