El "Pequod" zarpa del puerto norteamericano de Nantucket y emprende un largo viaje con el objetivo de cazar ballenas y llenar con su preciado aceite los barriles de la bodega. Pero los tripulantes del ballenero ignoran que la verdadera intención del capitán Ahab es recorrer los océanos para buscar y dar muerte a Moby Dick, un peligroso cachalote blanco que arrebató una pierna a Ahab cuando este intentaba darle caza en un viaje anterior. Envenenado por el odio y movido por el insano afán de venganza, el viejo tullido consigue doblegar la voluntad de sus subordinados y contagiarles su desatinado propósito, hasta el punto de poner en grave riesgo sus vidas. Nadie en el "Pequod" se salva del despotismo y la locura de Ahab: ni el primer oficial del barco, el prudente y bondadoso Starbuck, ni el diestro arponero Quiqueg, un indígena de piel tatuada y generosidad sin límites, ni el meditabundo Ismael, el joven narrador del relato, ni tan siquiera Fedallah, un tipo siniestro que lidera a un grupo de maderos filipinos. Casi todos ellos sucumben a la delirante obsesión de un atormentado personaje que identifica la ballena blanca con todos sus males físicos y dudas existenciales. En su apasionante novela, Herman Melville nos alecciona sobre el valor de la solidaridad en un mundo ferozmente individualista y nos previene contra el ejercicio irresponsable del poder y contra los males que genera el orgullo excesivo.
En esta vibrante adaptación de Moby Dick, la novelista Geraldine McCaughrean relata con mano diestra y escrupulosa fidelidad toda la trama de una novela subyugadora. La obra ha sido magníficamente ilustrada por el artista húngaro Víctor G. Ambrus y se completa con un apéndice de actividades que ayudan a profundizar en los valores literarios e ideológicos de la novela.