Dos pequeños colores se funden en un abrazo sin percatarse de que se convierten en un nuevo color, lo que hace que nadie les reconozca. El llanto les devuelve a su forma original, un descubrimiento que celebran y comparten con todos sus amigos. Es así como a partir de entonces, jugarán a crear nuevas gamas cromáticas. Bajo la aparente sencillez de este relato subyace una historia en la que se ensalzan la amistad, la inocencia y la identidad. Paralelamente, los primeros lectores reciben una lección artística sobre colores y tamaños.